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Historia

Origen y evolución

Para establecer los orígenes del balonmano, los investigadores tratan de buscar similitudes y puntos de contacto con juegos propios de los griegos y de los romanos. Aunque a nadie escapa, no obstante, que la agilidad del hombre con sus manos pudo llevarle ya en las primeras civilizaciones conocidas a utilizarlas para sus juegos. Es una incongruencia afirmar que allí fue donde nació el balonmano. Pero en un punto están casi todos de acuerdo: el balonmano, tal y como se entiende ahora, es un deporte realmente muy joven, del primer cuarto de nuestro siglo.

En cualquier caso, también es cierto que en la antigua Grecia existió el "juego de urania" en el que se usaba el balón de medidas parecida a una manzana, que debía ser sostenido en el aire. En uno de los libros fundamentales de la literatura clásica, la Odisea, Homero habla de este juego y explica cómo dos de sus protagonistas lanzaban la pelota al aire en dirección a las nubes y la cogían saltando, antes de que sus pies volvieran a pisar el suelo. Algunas escenas de este tipo de diversión fueron halladas en la muralla de Atenas en 1926.

Posteriormente, también entre los romanos el médico Claudio Galeno había aconsejado a sus enfermos la práctica del "Harpaston", una modalidad que se realizaba con una pelota y con las manos. Aquello se producía alrededor de los años 150 a. de C. Mucho más adelante, ya en la Edad Media, el trovador Walter Von der Vogelwide describió asimismo el "juego de la pelota", que consistía en atrapar el balón en vuelo de una forma parecida a como se lo pasan ahora los jugadores de balonmano. Era practicado principalmente en la Corte y los trovadores lo bautizaron como el "Primer Juego de Verano". De todos modos, era una práctica deportiva no estructurada, sin ningún tipo de reglamento ni de normas.

Estos son los antecedentes básicos que sirvieron más tarde para la creación de un deporte llamado "handball", que se está practicando actualmente en más de 100 países del mundo entero, con alrededor de un cuarto de millón de equipos y más de 5 millones de jugadores.

Los orígenes modernos del balonmano datan de finales del siglo XIX, cuando se utilizaba como complemento para entrenar y preparar a los gimnastas. En 1982, un profesor de gimnástica, Konrad Koch, creó el "raffballspied", con características muy parecidas al actual balonmano. En este tiempo, en Checoslovaquia se practicaba en las escuelas un juego en el que cada equipo estaba formado por siete jugadores. Se denominaba "hazena" y su primer reglamento apareció en 1905.

Muchos historiadores aseguran que el origen del balonmano actual está en Alemania. Pero buscando datos concretos nos encontramos con varias versiones, con importantes puntos de discrepancia. En cualquier caso, parece claro que el año 1848, en un instituto de enseñanza media de Dinamarca, un profesor de gimnasia, Holger Nielsen, ideó un deporte al que llamó "haandbold", dándole unas reglas y un sistema de juego. Se trataba de meter goles en una portería, de una manera semejante al fútbol, pero manejando el balón con las manos. Pocos años después este deporte era introducido en Suecia, en Karlskrona concretamente, a través de G. Wallstrom. Era el año 1910.

Más inverosímil parece la versión sudamericana, según la cual el profesor uruguayo de gimnasia Antonio Valera realizó en 1914 una mezcla de baloncesto, rugby y fútbol, que se practicó en algunas zonas de la costa argentina y del que se realizó un primer encuentro oficial en el estadio de Montevideo en 1916. Este extraño juego fue visto, según la misma versión, por unos marineros alemanes que se interesaron por él y al concluir la guerra lo trasladaron a Alemania, donde acabaría de pulirse hasta convertirse en el balonmano actual.

De todos modos todo apunta a un profesor berlinés de educación física, Max Heiser, a quien se reconoce como el verdadero y legítimo "padre" de esta modalidad deportiva. Los historiadores alemanes aseguran que Heiser se inspiró en algunos deportes que ya se practicaban como el "raffbold", el "volkerball" y el "koreball", para la creación de uno nuevo: el "torball". Se jugaba en una sala o al aire libre (concretamente el jugaba con sus alumnas en una de las principales avenidas de Berlín), sobre un terreno de 40 m por 20 y se utilizaba una pelota medicinal o una de fútbol. Con la pelota en la mano no se podía correr más de tres segundos; la zona estaba ubicada a 4 m y la portería medía 2.50 por 2 m.

Heiser ideó este juego para ocupar los ratos libres de las trabajadoras de la empresa Siemens.
Consecuentemente, los agarrones y la lucha cuerpo a cuerpo no estaban permitidos. Las reglas no eran, con todo, excesivamente claras y, aunque llegó a tener un buen número de practicantes, acabó muriendo poco tiempo después. Pero el "torball" dejó su semilla. El invento de Heiden en 1915 fue recogido unos años después por el profesor alemán Carl Schelenz y sirvió como base de lo que llamó "handbold". La aportación de Schelenz, después entrenador de Alemania, Austria y Suiza, fue decisiva porque estableció unas normas, modificó las anteriores y llevó el juego a los campos de fútbol con unas reglas idénticas a las de éste con la diferencia de que se jugaba con las manos.

Entre lo más destacado estaba el hecho de que el nuevo deporte debía jugarse con 11 componentes y que la zona se desplazó a los 11 m. Las porterías eran idénticas a las de fútbol. Se introdujo también el "dribling" y la lucha por la posesión del balón, lo que ofreció más espectáculo y dinamismo.

El nuevo juego había sido diseñado también para que lo practicaran los hombres. Y tal vez por ello encontró más apoyos para su desarrollo futuro. El mismo secretario general de la Asociación Internacional de Fútbol en 1912, el alemán Hirschmann, se esforzó en desarrollar el balonmano. En sus inicios quedó inscrito en la Federación Internacional de Atletismo. Schelenz dio a conocer el balonmano en Europa en 1919. Un año después, Carl Diem, director de la Escuela Alemana de Educación Física y presidente de la Liga de Atletismo de Brandedurg, dio oficialidad en su país a este deporte y lo introdujo en la Armada, con lo que pronto adquirió un gran desarrollo en Alemania.

Después de aquello todo fue muy rápido. En 1926 el congreso de la Federación Internacional de Atletismo Amateur, reunido en la Haya, nombró una comisión encargada de establecer un reglamento claro y conciso. El 11 de agosto de 1927, en Amsterdan, el comité de balonmano admitió de forma oficial, el reglamento que se estaba utilizando en Alemania para este deporte que seguía practicándose con 11 jugadores. En la 25 sesión del Comité Olímpico Internacional, Mónaco 1927, se dio otro paso muy importante cuando se solicitó por primera vez la inclusión en el programa olímpico.

Desarrollo internacional: balonmano a once

Eran los primeros tiempos de un deporte llamado a convertirse en uno de los más practicados del mundo entero. Lo primero, lo fundamental, era conseguir su inclusión en los juegos olímpicos. Desde sus inicios, el balonmano encontró el apoyo de otras federaciones importantes ya en funcionamiento. Es más, como he comentado estuvo integrada en una primera etapa dentro de la IAAF (Federación Internacional de Atletismo Amateur) hasta el año 1928.

Durante este período los esforzados creadores del balonmano buscaron los canales para darle una proyección internacional, organizando partidos entre regiones y también entre diversos países. En el Séptimo Congreso de a IAAF, celebrado en la Haya en 1926, se creó una comisión encargada de poner en marcha un reglamento que rigiera por igual en todos los países y se planteó la posibilidad de que este nuevo deporte tuviera su propia asociación internacional.

El 4 de agosto de 1928, en Amsterdam, tiene lugar el congreso que sirvió para la fundación de la Federación Internacional de Balonmano. Once países sirvieron de base y apoyaron la iniciativa. Entre los componentes de la junta directiva estaba Avery Brundage, el que sería después presidente del Comité Olímpico Internacional y que se mantuvo en aquel organismo desde su creación, convirtiéndose más adelante en consejero.

Como puede comprobarse, Alemania fue el país fundamental en el desarrollo del balonmano. Allí se celebraron los primeros partidos internacionales y también se creó la primera federación nacional. Después de la Primera Guerra Mundial se asienta definitivamente este juego y en Alemania, prácticamente, se convierte en el deporte oficial. En 1925 este país se enfrentó a Austria en partido amistoso que concluyó con victoria de los visitantes por 3 goles a 6. En el plano femenino, los germanos volvieron a ser pioneros con otro Alemania-Austria que también fue ganado por las austríacas, por 4 a 5. La constitución de la Federación Alemana de Balonmano llegaría algunos años más tarde, el 27 de julio de 1933, en Nuremberg. Destacadas personalidades formaron parte de la primera directiva y movieron los hilos necesarios para que este deporte se convirtiera en básico en la Armada. Su desarrollo estaba asegurado.

Ya con un reglamento completo y concreto, con el apoyo de numerosos países en los que ya se practicaba, el balonmano recibió el espaldarazo definitivo en 1934, cuando el COI decidió tomar en consideración la propuesta de inclusión en el programa olímpico e incorporó este deporte, en la modalidad de a 11, en las pruebas de los Juegos Olímpicos de Berlín que se celebrarían en 1936.

Aquello había sido el objetivo de la federación internacional desde su fundación. Lograrlo supuso dar a conocer de forma definitiva el balonmano a todos los países del mundo. De todas formas la participación fue escasa. Solamente seis países tomaron parte en el acontecimiento. Fueron Alemania, Suiza, Hungría, curso de árbitros para unificar los criterios que debían regir en los JJ.OO. El triunfo final sería para Alemania, Austria acabaría en segunda posición y Suiza sería la tercera. Web de balonmano mundial.

Fue el primer torneo de gran nivel que se organizó. Dos años más tarde, con motivo de la celebración del décimo aniversario de la fundación de la FIHA, se organizó el Primer Campeonato del Mundo de Balonmano a once que tuvo como sede Alemania. La participación fue bastante más amplia, 10 países: Alemania, Suiza, Suecia, Hungría, Rumania, Checoslovaquia, Polonia, Dinamarca, Holanda y Luxemburgo. También esta vez el triunfo final fue para los alemanes, que dejaron atrás a Suiza, Suecia y Hungría por este mismo orden. Alemania, pues, se convirtió en la primera nación que conquistó los títulos de los juegos olímpicos y el campeonato del mundo. Después vendría un largo parón de 10 años en el que solamente se desarrollaron las competiciones nacionales. No hubo actividad internacional como consecuencia de la Segunda Guerra Mundial. Web de balonmano mundial.

Fue después de la guerra, el 11 de julio de 1946, cuando el sueco Gosta Bjorck reunió en Copenhague a los miembros representantes de ocho federaciones nacionales con el único orden del día de disolver la FIHA y crear la IHF. El comunicado final de aquel primer congreso fue el siguiente:
"Reunidas en congreso, en Copenhague, las siguientes federaciones nacionales, representadas por 35 delegados de Dinamarca, Finlandia, Francia, Noruega, Países Bajos, Polonia, Suecia y Suiza, así como ambién con la participación de Austria, Bélgica, Luxemburgo y Portugal, que han delegado sus votos, declaran por unanimidad que la antigua Federación Internacional de Balonmano Amateur, de la cual son miembros, ya no existe y que sus derechos y obligaciones pasan a una nueva organización, fundada hoy, con el nombre de Federación Internacional de Balonmano (HIF).

La junta directiva quedó presidida por el sueco Gosta Bjorck, como vicepresidentes Hans Baumann, de Suiza, y Charles Petit Montgobert, de Francia. El secretario general fue Carl Filip Borg y el tesorero Wolf Lyberg, ambos de Suecia. La sede de esta institución quedó fijada en un principio en Estocolmo, aunque unos años más tarde pasaría a ubicarse en la localidad suiza de Basilea, donde se encuentra en la actualidad.

Con la creación de la IHF y la aprobación de algunas modificaciones en las reglas de juego, el deporte se revitalizó y fue evolucionando de forma progresiva a través de los congresos que periódicamente fueron realizándose. Una de las preocupaciones fundamentales del nuevo organismo fue el tratamiento muy especial del balonmano a 7 jugadores que había crecido, desde 1938, casi de una forma paralela al balonmano a 11. La coexistencia perduró hasta los años 60. La batalla, finalmente, fue ganada por la modalidad de a siete.

Un año después de la fundación de la IHF, en 1947, se realiza el primer curso internacional de arbitraje. Durante el Campeonato del Mundo de Francia de 1948 se realizó un congreso con 18 delegados, representantes de 6 federaciones, y en el se admitieron a 9 miembros nuevos. Participaron en el campeonato 12 equipos. En relación con el primer mundial del 38 se sumaron Francia, como país anfitrión, Bélgica, Finlandia, Austria y Portugal pero fueron bajas equipos tan importantes como Rumania, Checoslovaquia y, sobre todo, Alemania. El primer puesto fue para Suecia, el segundo para Dinamarca seguida de Suiza y Francia.

Un año más tarde se celebró en Hungría el Primer Campeonato del Mundo Femenino en la modalidad de a 11 y en el que participaron 4 equipos. El triunfo fue para Hungría a la que siguieron Austria y Checoslovaquia.

En el congreso de 1950, los 25 delegados que representaban a 13 federaciones sustituyen al sueco Gosta Bjorck como presidente y eligen al suizo Hans Baumann. Él mismo fue quien presidió en 1952 los terceros Campeonatos del Mundo a once que se disputaron en Suiza. Participaron trece equipos, entre ellos por primera vez España que pierde los encuentros contra Austria (10-20) y contra Sarre (18-12) y vence a Suecia (12-9). Alemania vence en este campeonato.

En la celebración de los cuartos Campeonatos del Mundo en la RFA (1955) participa nuevamente España junto con otros 16 equipos. La clasificación fue por este orden: primera Alemania Federal seguida de Suiza, Checoslovaquia y Suecia. A partir de este momento esta modalidad a once fue desapareciendo sustituida por los equipos de siete jugadores. Tras este campeonato la IHF solicita nuevamente la inclusión de este deporte en los juegos olímpicos pero en la modalidad de siete jugadores.

En 1957 la federación internacional creó la Copa de Europa para clubs campeones de ligas nacionales masculinas a siete jugadores y cuatro años más tarde, la femenina. La modalidad a once continuó, cada vez con una menor participación. En los campeonatos del mundo de 1959 cuya sede fue Austria participaron 7 equipos. El campeón fue el equipo combinado entre la Alemania Federal y la Democrática seguido de Rumania, Suecia y Austria; y en los mundiales de 1963 ganó la Alemania Democrática (8 equipos y por primera vez Israel y EE.UU.) y en el segundo de 1966 la Alemania Federal (6 equipos).

Desarrollo internacional: balonmano a siete

Tiene esta modalidad un desarrollo paralelo a la de a once sobre todo en el norte de Europa y en ella se celebra el primer Campeonato del Mundo en 1938. La Segunda 0Guerra Mundial no permitió el desarrollo de competiciones y es en 1954 cuando el balonmano a siete se reúne para un nuevo campeonato del mundo.
Tras una fase de clasificación, que España no supera, seis equipos se enfrentan quedando campeón el sueco, seguido por el alemán, el checoslovaco y el suizo. Dinamarca y Francia quedaron relegados a las últimas posiciones.

Entre el segundo y el tercer campeonato del mundo la federación internacional creó la Copa de Europa de Clubs campeones nacionales, dando un gran impulso a esta modalidad. Esto ocurrió en el Congreso de Estocolmo del año 1956 al que habían acudido 36 delegados de 18 federaciones. Un año más tarde se pondría en marcha y sería ganada por un equipo checo, el Praga. El Barcelona representó a España.

En 1958 se celebraría el tercer Campeonato del Mundo en la República Democrática Alemana y sería el primero que tendría una estructura similar a la que se utiliza actualmente. Participaron 16 equipos divididos en 4 grupos. Los dos primeros clasificados de cada uno pasaban a la fase principal en la que quedaban emparejados con los de otro grupo. En la última fase, los ganadores de cada grupo de los dos resultantes, disputaban la final. Gana Suecia al derrotar a Checoslovaquia y la siguen Alemania y Dinamarca. Por detrás quedaron Polonia, Noruega, Hungría y Yugoslavia. España ya había quedado eliminada en la primera fase.

En 1961 se creó la Copa de Europa para equipos femeninos y en este mismo año se disputó la cuarta edición del Campeonato del Mundo con la participación de 21 equipos. Se desarrollo en la RFA. España fue eliminada en la fase de clasificación al superar sólo a Portugal y empatar un partido con Francia. Disputaron a final Rumania y Checoslovaquia. Ganan los primeros 9 a 8, un marcador bajísimo que demostraba la importancia que habían adquirido ya las defensas. Suecia, Alemania y Dinamarca, por este orden, las siguieron.

Paralelamente a la evolución del balonmano masculino a siete, se va implantando y desarrollando el balonmano femenino. Ello llevó a la creación de sus propios campeonatos mundiales. El primero se disputaría en 1957, en Yugoslavia. La segunda edición se celebró en 1962 en Rumania que también fue la ganadora. La tercera se jugó en 1965 en Alemania Federal con el triunfo de Hungría. No se disputaron más hasta 1971 y a partir de este año fueron desarrollándose periódicamente.

En 1964 se celebró la quinta edición del Campeonato del Mundo, masculino en Checoslovaquia con 23 equipos que por primera vez debieron buscar su clasificación en sus propios continentes. España cayó eliminada en esta fase ante Francia. El campeonato lo ganó Rumania tras superar a Suecia por 25 a 22 en la lucha por el oro. El bronce fue para Checoslovaquia seguida de RFA, URSS y Yugoslavia.

Unos meses más tarde tiene lugar el décimo congreso de balonmano con 50 delegados de 27 federaciones. Se decide ampliar las dimensiones del terreno de juego y situarlas en 38-44 m de longitud por 18-22 de ancho, en lugar de los 30 por 15 que se utilizaban. Se estableció también la organización, con dos días de antelación a los campeonatos, de un cursillo de árbitros internacionales y se solicitó oficialmente la inclusión de este deporte como disciplina olímpica para los juegos del 72 en Munich. Esta solicitud es aceptada un año después por el COI pero sólo en su modalidad masculina.

En 1966 el Congreso de Copenhague introdujo, a prueba, un segundo árbitro y la norma de no modificar las reglas de juego hasta después de los JJ.OO.

El sexto campeonato se disputa en Suecia (1967) con 23 equipos. España es nuevamente eliminada en la fase de clasificación. El mundial se jugó de forma distinta a los anteriores. Había una fase preliminar en la que se clasificaban dos equipos de cada grupo para los cuartos de final. Después por eliminatorias se llegaba a la final. El título fue para los checos que vencieron a Dinamarca por 14-11. El bronce para Rumanía tras vencer a la URSS, Suecia fue quinta, sexta la RFA, séptima Yugoslavia y octava Hungría.

En 1968 se celebra en Amsterdam (Holanda) un congreso en el que participan 28 federaciones en el que se adopta definitivamente el terreno de juego de 40 por 20 m para los encuentros de mundiales y JJ.OO. y se anulan algunas competiciones de la federación internacional por la situación de crisis que se vivía.

El séptimo Campeonato del Mundo se disputó en Francia en 1970 con la participación inicial de 27 equipos.

España no supera la fase preliminar. La final fue disputada por Rumania y Alemania Democrática, venciendo los primeros 13-12. Yugoslavia se quedó con el bronce y Dinamarca fue la cuarta clasificada.

Tras el fallecimiento del presidente de la IHF en 1971 se hizo con el cargo Paul Hogberg que se mantuvo en la presidencia hasta 1984. Fue bajo el mandato de este presidente cuando el balonmano llega a sus segundos JJ.OO., siendo los del 72 los primeros en que serían a siete. Unos días antes del inicio de las competiciones olímpicas, en Nuremberg, se realizó el decimocuarto congreso con la presencia de 79 delegados de 36 países, en el que se crean varias comisiones dentro de la IHF para potenciar el desarrollo de este deporte.

Desarrollo internacional: La vuelta a los JJ.OO. (Juegos Olímpicos)

Habían pasado 36 años desde la primera participación de este deporte, en su modalidad a once, en los Juegos Olímpicos de Berlín en 1936.

Tras un torneo preolímpico, que fue organizado por España, y en el que se buscaba la clasificación, España logra, por primera vez, la participación en los Juegos Olímpicos. En una primera fase se clasificaban los dos primeros equipos de cada grupo. España perdió los tres encuentros y no se clasifica para la fase principal. En Munich, el oro olímpico fue para Yugoslavia, la plata para Checoslovaquia y el bronce para Rumania. El cuarto clasificado fue Alemania, el quinto URSS.

Se evidencia que el dominio mundial se había desplazado hacia el bloque del este, también a nivel femenino.
En los mundiales de 1974 organizados por la República Democrática Alemana, para los que España se clasifica, los siete primeros clasificados eran de la Europa del este y por este orden: Rumania, RDA, Yugoslavia, Polonia, URSS, Checoslovaquia y Hungría.

En el congreso de octubre de 1974 en Jesolo (Italia) al que acudieron 125 delegados de 43 federaciones se decidió la creación de un nuevo reglamento para los campeonatos del mundo masculinos, que se inspiró en los organizados en otro deporte, el hockey sobre hielo. A partir de entonces los equipos quedarían divididos en tres grupos según la categoría de cada cual. Los resultados obtenidos y las clasificaciones determinarían los ascensos y los descensos. Acababan de nacer los mundiales A, B y C.
También surgieron los mundiales juveniles con límite de edad hasta los 21 años y que se iniciaron en 1977. Se reglamentó que los árbitros oficiales de la IHF no podrían tener menos de 28 años ni más de 50 y se estableció que el banquillo no podrían sentarse más de cuatro técnicos.

En el decimoséptimo congreso de 1978 en Reikjavik (Islandia) se modifica el sorteo y la clasificación para los mundiales. A partir de entonces los grupos preliminares seguirían siendo de cuatro equipos, pero serían tres los que se clasificarían. La segunda fase se compondría por dos grupos de seis equipos.

Llega el mundial de 1979 en España y con él la explosión definitiva de la selección española que quedaría encuadrada desde entonces entre las diez mejores del mundo. España, de la mano de Domingo Bárcenas y Emilio Alonso, consigue el oro y, junto con Suiza, la clasificación para los juegos de Moscú de 1980. En estos la fase final fue muy reñida. Oro para la RDA, plata para URSS, bronce para Rumania que superó a Hungría y el quinto puesto para España al derrotar a Yugoslavia. El torneo femenino fue para la URSS, seguida de Yugoslavia y la RDA.

Paralelamente a los juegos olímpicos se celebra un nuevo congreso en el que se acuerda la creación de las Copas de Europa que se comenzarían a disputar en 1982, con carácter anual, y dirigidas a los equipos segundo y tercero de los campeonatos de liga nacionales, también se acuerda la modificación de los criterios de clasificación en caso de empate en las competiciones internacionales y se ampliaron los miembros del consejo de 15 a 18.

El boicot a los JJ.OO. de Moscú por parte de los EE.UU. marcarían los futuros juegos de Los Ángeles (1984). Los equipos que habían perdido la categoría tuvieron que intentar recuperarla en el Mundial B de 1981, en Francia, donde la gran triunfadora fue Polonia al vencer a Checoslovaquia en la final.

En el Mundial A del 82, que se disputaría en la RFA, se clasificaban para los JJ.OO. los seis primeros. España no logra la clasificación tras enfrentarse a la Alemania Federal por el séptimo puesto. Ambas selecciones, junto con otras, lucharían por las dos plazas que otorgaba el Mundial B de Holanda-1983 para Los Ángeles, pero éstas fueron para Hungría y Checoslovaquia. A última hora, el boicot de la URSS y sus aliados a estos juegos deja cinco plazas libres que ocuparon la RFA, Suecia, Suiza, España e Islandia. España queda en la octava posición en estos juegos. La medalla de oro fue para Yugoslavia, la plata para la Alemania Federal y el bronce para Rumania tras imponerse a Dinamarca.

En este año, 1984, el austríaco Erwin Lanc asume la presidencia de la IHF en el congreso de San Diego (EE.UU.) En el Mundial B de 1985, en Noruega, obtienen plaza para el Mundial A de 1986, en Suiza, la RDA, URSS, Polonia, Checoslovaquia, Hungría y España. Muchos de los grandes del balonmano descienden de categoría y los triunfadores fueron Yugoslavia, Hungría y la Alemania Democrática. España acabó quinta.

En el mundial de Italia de 1987, sólo la URSS y Checoslovaquia consiguen plaza para los JJ.OO. de Seúl de 1988. La gran sorpresa la dio la selección coreana que ganó la plata en su final contra la URSS. El tercer y cuarto puestos fueron para Yugoslavia y Hungría. España acabaría en novena posición, pierde la categoría y es en el Mundial B de Francia, en 1989, donde la recupera al quedar cuarta derrotada por Rumania. El ganador fue Islandia al derrotar a Polonia.

El Campeonato del Mundo del 93, en Suecia, acabó con la victoria de Rusia, segunda fue Francia y tercera Suecia, en el de 1995 en Islandia, fue Francia la ganadora quedando Rusia y Suecia en segundo y tercer lugar respectivamente; y en el 97, celebrado en Japón, nuevamente Rusia conquista el oro, la plata fue para Suecia y el Bronce para Francia. En 1999, en Egipto, la campeona fue Suecia tras derrotar a Rusia en la final por 25-24. Los nórdicos, que no lograban el título desde 1990, cumplieron con el propósito de vengarse de la final de Kumamoto'97, en donde Rusia se llevó la medalla de oro tras vencerlos. España protagonizó una impresionante actuación que le llevó a la fase final donde se enfrentó y derrotó a Brasil y Francia. En semifinales los de Juan de Dios Román se enfrentaron a la todopoderosa Rusia y perdieron. Se enfrentaron por la medalla de bronce con Yugoslavia y volvieron a caer.
En los juegos de Atlanta de 1996, Croacia consigue la medalla de oro al derrotar a Suecia. España fue medalla de bronce.

En Sydney, el oro lo disputaron Rusia y Suecia con victoria de la primera. El bronce España y Yugoslavia, con la victoria de los españoles. Quinto puesto para Alemania, sexto para Francia, séptimo para Egipto y octavo para Eslovenia.

Y llega el Mundial de balonmano en Francia en el 2001. La clasificación final fue: primero Francia, seguida de Suecia, Yugoslavia, Egipto, España, Rusia, Ucrania y Alemania.

En los campeonatos femeninos del 93, en Noruega, el oro fue para Alemania, en el 95 el ganador fue Corea del Sur y en el 97 Dinamarca.

Desarrollo en España

En España primero se dio a conocer el balonmano a once, como una derivación del fútbol y, poco a poco, se fue pasando al balonmano a siete que se jugaba en salas cubiertas. Según el técnico español Juan de Dios Román Seco, en un estudio reciente sobre la historia del balonmano en España, fue la Escuela Militar de Toledo el epicentro donde se cuece la primera normativa y los primeros trabajos de tipo técnico que se elaboraron sobre este deporte. Se puede decir que los orígenes del balonmano español proceden de las esferas militares. En la escuela Naval de Ferrol lo llegan a practicar sus cadetes y alumnos. Existen datos oficiales de que en 1928 se presenta el balonmano en el Regimiento Alcántara, en Barcelona. Después de la Guerra Civil, tanto el Frente de Juventudes como la Sección Femenina y el SEU son los únicos organismos oficiales que controlan de alguna forma el deporte en España. La primera normativa que se conoce en España, está firmada por el capitán Hermosa y data de 1929. Era un primer esbozo de un reglamento, con el título de "balón a mano", documento que se formaliza diez años más tarde por la Escuela Central de Educación Física de Toledo.

La Federación Española de Balonmano se crea en 1941, con don Emilio Suárez Marcelo como primer dirigente. En la temporada 42-43, según LLuis Miracle en su libro "El handbol a onze catalá", se organiza el I Campeonato de España, en el que el SEU de Valladolid consigue el primer título nacional en la historia del balonmano español. En ese mismo año, la Federación Española edita oficialmente el reglamento de juego.

Durante aquellos años, los jugadores de balonmano eran absolutamente amateurs. En estos primeros años tuvo una gran importancia la venida a España de un alemán, Jans Keiter. Él fue quién sentó las primeras bases. Actuando como seleccionador nacional llevó a España a sus primeros contactos internacionales. En el estadio de Las Corts, en Barcelona, año 1949, tiene lugar el primer partido internacional de balonmano hispano, modalidad a once, contra Francia, que gana 3-1. El conjunto español estaba formado por 15 jugadores catalanes y uno vasco. En 1950 se vuelven enfrentar a la selección francesa y consiguen un empate a 6. Dos años más tarde, el equipo nacional interviene por primera vez en unos Campeonatos del Mundo, en Suiza. España pasa ante Portugal y cae derrotada frente a Austria y Suecia, respectivamente.

A nivel nacional fueron unos años de dominio de los equipos de Guipuzcoa, Barcelona y Madrid. La última edición de la Liga a once se jugó la temporada 58-59 y tuvo como campeón al Granollers al derrotar al Sabadell. En el año 51 despega la Primera División Nacional, a siete, en la que se proclama campeón el Atlético de Madrid, que en la temporada siguiente es relevado por su eterno rival en el fútbol, el Real.

También comienza a disputarse la Liga Nacional Femenina en 1952, con triunfo de la Sección Femenina de Madrid y posteriormente, tres veces consecutivas por una selección femenina de Barcelona. Luego llegó el dominio de los equipos como el Picadero de Barcelona, el Medina de Valencia, El Atlético de Madrid y en la última etapa el Iber de Valencia, campeón más de diez veces consecutivas y gran impulsor de la práctica de este deporte en la actualidad. En 1977 se consigue por primera vez plaza en un Mundial B femenino. En 1998, la selección española femenina establece la proeza de clasificarse para un Europeo, con una histórica victoria sobre Noruega, en la localidad valenciana de Algemesí.

La época del balonmano español a siete se estrena internacionalmente con el enfrentamiento del equipo hispano, de la mano de Alberto San Román, ante Suecia, con la que pierde por 23-12. En 1958 se hizo cargo del equipo nacional el legendario Domingo Bárcenas y fue él quien consiguió la primera victoria realmente importante en el Campeonato del Mundo de la RDA (1958), cuando España superó a Finlandia 19-16. Formaban parte de este equipo nacional diez jugadores castellanos y siete catalanes: Alcántara, Góngora y Anchústegui (Atlético Madrid), Casajuana Pregona, José Luis García Mir, Fontdevila y Martín Font (Granollers), Farrés (Sabadell), Fernández Zurdo (Bressel), Emilio Villanueva (Real Madrid), José Medina y Rafael Orbe (San Fernando).

En este mismo año nace la División de Honor de balonmano a siete en lugar de la de Primera División. El primer campeón fue el B.M. Granollers.

La etapa de Domingo Bárcenas en la selección española fue larguísima. Con algunos intervalos y compartiendo funciones, en algunas fases, con Antonio Roncero, con Sergi Petit y con Emilio Alonso, llegó hasta 1980.

Mientras tanto, en la competición nacional masculina seguía el predominio del Granollers, con algunas incursiones del Atlético de Madrid y el F.C. Barcelona. Después vendrían cuatro años de dominio del Calpisa y a partir de 1979 Atlético Madrid y Barcelona se repartían los triunfos prácticamente hasta nuestros días en que irrumpe con gran fuerza el Portland San Antonio.

La gran era de predominio del Granollers acabó precisamente con su triunfo en la primera Recopa de Europa en 1976. Posteriormente otros equipos consiguieron inscribir también sus nombres en el palmarés de la Recopa: Calpisa de Alicante en 1980, el F.C. Barcelona de la mano de Valero Ribera, lograba tres triunfos consecutivos en los años 84, 85 y 86.

El 1979 fue un año muy especial para el balonmano español pues se consiguió el título de campeón en el Mundial B y también se logró una plaza para las olimpiadas de Moscú. La selección dirigida por Domingo Bárcenas y Emilio Alonso, como segundo entrenador, estaba compuesta por: Pagoaga (q.e.p.d.), De Miguel, Cecilio Alonso, Eugenio Castellví, Albisu, Juanón de la Puente, Calabuig, Nacho Novoa, De Andrés, Quico López, Eugenio Serrano, Goyo (q.e.p.d.), Uría, Milián y Sagarribay. España en la fase previa vence a Austria y Holanda, en la fase definitiva a Checoslovaquia y en la final, en el Palau Blau Grana, a los suizos por 24-18. El mundial de Barcelona sirvió de lanzamiento para varios jugadores como Goyo, Cecilio Alonso, Pagoaga, entre otros.

La mayoría de ellos participarán también en los JJ.OO. de Moscú, un año más tarde, en 1980. Aquellos juegos inscribieron en letras de oro a todos sus protagonistas en la historia del balonmano español. La juegos inscribieron en letras de oro a todos sus protagonistas en la historia del balonmano español. La selección quedó encuadrada en el Grupo A, junto a Dinamarca, Cuba, Polonia, Hungría y RDA. España perdió ante RDA 21-17, ganó a Dinamarca 20-19, cayó ante Hungría 17-20, empató con Cuba 24-24 y dio la primera sorpresa ante Polonia con un inesperado triunfo por 24-22. Aquello la situó en tercera posición de grupo, con lo que mantenía ya la máxima categoría y, además, optaba a la quinta plaza. En la fase final llegó lo más sorprendente. España venció a Yugoslavia por 24-23 ante la patente incredulidad del público y de los balcánicos. Aquel quinto puesto fue lo más notable que nunca había conseguido el balonmano español.

En Barcelona se había adquirido el pasaporte para el Mundial A. En la edición de 1982, en Alemania Federal, España se codea con la élite mundial pero sólo consigue un octavo puesto a pesar de vencer a selecciones como la rumana o la sueca y empatar con la húngara. España regresaba a la categoría B y no lograba puesto para los Juegos Olímpicos de Los Ángeles al conseguir en el Mundial B de 1983, en Holanda, la sexta plaza. Debido al boicot nuestra selección va a la olimpiadas consiguiendo sólo un octavo puesto por lo que se fichó a un nuevo seleccionador, el yugoslavo Branislav Pokrajac, que sustituyó a Juan de Dios Román, y se hizo cargo del equipo en el Mundial B de Noruega, en 1985, donde con el sexto puesto se asciende de nuevo a la categoría A.
Un año más tarde, Juan de Dios Román vuelve a encargarse de la selección nacional y afronta el Mundial A de Suiza (1986) con Rico y Zúñiga en la portería, y con Serrano, Cabanas, Melo, De la Fuente, Reino, López León, Puig, Ruiz, Novoa, Luisón, Chechu y Milián además de Perico y Papitu que no llegaron a debutar como jugadores de campo. En la fase preliminar un gol en los últimos instantes ante Polonia consiguió el empate y con él el pase de la eliminatoria. En la siguiente fase se gana a la URSS (25-17) y a la RDA (21-19). Perdió frente a Yugoslavia y se alcanza la quinta plaza al derrotar a Islandia (24-22)

Dos años más tarde otra mala actuación en unos JJ.OO., esta vez en Seúl, condujo a España a la categoría B al quedar en novena posición. Juan de Dios Román es relegado de sus funciones y ocupan el banquillo Emilio Alonso y César Argilés.

La gran suerte era que los Juegos Olímpicos del 92 se disputarían en Barcelona por lo que España estaba clasificada automáticamente como país organizador. Con todo, era necesario volver a incrustarse en la élite para el Mundial A de Checoslovaquia de1990, cosa que se consiguió en el B de Francia del 89, al lograr la cuarta plaza.

En los mundiales de Japón, de 1997, fueron séptimos, en el de Egipto del 99, cuartos tras perder contra ugoslavia en la lucha por la medalla de bronce, y en el de Francia del 2001, quintos.

La tercera plaza de los JJ.OO. de Sydney iguala la participación de España en una Olimpiada.

El Granollers abrió la puerta de los triunfos en Europa con la conquista de la Recopa. La misma senda la siguieron otros equipos como el desaparecido Calpisa de Alicante, que conquistó tan flamante título al superar al legendario e histórico Gummersbach alemán, en doble partido. Ese palmarés lo ha mejorado notablemente el F.C. Barcelona, quien en los últimos años no ha dejado que ningún otro equipo alcance la corona continental por clubes, haciendo así que se le denomine el mejor equipo de esta década. En la temporada 99/00 consiguen nuevamente el campeonato de Europa al derrotar al Zagreb 28-22. El Pórtland San Antonio consigue la Recopa de Europa al vencer al Dunaferr (HUN). En el año 2000 el Portland sec orona campeón de la Supercopa de Europa poniendo fin a la hegemonía del Barça al derrotarlo por 24-28 y en este mismo año consigue la Copa de Europa. También en mayo del 2001 se proclama campeón de la Copa de S.M. El Rey al derrotar al B.M. Ciudad Real por 22-20.

En Santander, primero el Teka y, ahora, el Caja Cantabria también siguen en la cima continental.
La liga española, junto con la Bundesliga alemana, son las competiciones más fuertes de Europa.

Hay que hacer un especial reconocimiento a la cantera nacional, a la que se cuida, aunque cuando esos buenos jugadores llegan a los clubes de División de Honor ven cerrado su paso por la legión extranjera, aunque hay que admitir que últimamente parece estar cambiando esta tendencia. La Selección Nacional Junior Masculina ha logrado estar en el podio en varias ocasiones, tanto en competiciones Europeas como en un Mundial. También hay que resaltar la extraordinaria actuación de la Selección Nacional Juvenil Femenina que ya ha conseguido una medalla de Oro en el Campeonato de Europa celebrado en Austria.

Los equipos más fuertes en el balonmano femenino el Mar L'Eliana en la Liga española, el Ferrobús Mislata, el Alsa Elda o el Mar Osito.

En el Campeonato de Europa de Suecia 2002 el campeón sería la anfitriona (Suecia) la cual gano en una poémica final contra los alemanes con un ajustado 33 -31 después de la prorroga. En el 2004 la campeona sería la selección alemana, tras derrotar a la anfitriona Eslovenia.


El Mundial de Portugal 2003 el campeonato se lo llevó Croacia, y en el 2005, celebrado en Túnez el campeón sería la selección Española de Balonmano, donde hizo un campeonato espectacular llegando a la final donde apaplastó a la antigua campeona del Mundo.


Ya, en el 2006, en el Europeo de Suiza, la selección francesa conseguiría el título y la selección Española quedaría segunda, tras un mal partido despues de haber realizado un grandisimo campeonato.